12 febrero 2012

Semana del cake pop. Paso 3: la cobertura y decoración


Una vez tengamos nuestras bolitas endurecidas gracias al frío de la nevera, es momento de elaborar la cobertura. Utilizaremos chocolate especial para este propósito, ya que tiende a cubrir mejor el bizcocho y es algo más consistente.
Cobertura de chocolate (la misma que usé en el Tronco de Navidad de Webos Fritos):
* 200 gr. de chocolate especial para cobertura (puede ser negro o blanco) derretido al baño maría o en el microondas. Recomiendo usar un recipiente pequeño y hondo para mayor profundidad.
* 50 gr. de agua (opcional, sólo si la cobertura queda muy muy densa). 
* 50 gr. de mantequilla sin sal si queréis dar una pátina de brillo (yo no lo he utilizado).
Ojo con agregar líquidos al chocolate, tiende a formar grumos. Sólo debemos recurrir a esta solución si vemos que la cobertura no es lo suficientemente líquida como para cubrir las bolitas o si notamos que se queda endurecida demasiado pronto. Cuando agreguemos el líquido (a ser posible con el chocolate aún caliente), hay que remover muy bien para completar su disolución y seguir removiendo poco a poco a medida que lo vayamos utilizando.
Una vez tengamos elaborada la cobertura, hay que dejarla enfriar a temperatura ambiente.

Antes de bañar las bolitas, hay que pincharlas en los palitos. Como soy de provincias, lo más aproximado a un palo de piruleta son los típicos de madera para los pinchos morunos. Existen palos especiales para cake pops como estos de La Tartienda, en papel o plástico. Los de madera no son reutilizables y hay que desechar varios del paquete por tener un mal acabado o peligro latente de astillas.
Para que la bolita se pegue al palo, bañamos la parte que no tiene pincho en la cobertura e inmediatamente pinchamos la bola. Dejamos que se endurezca unos 10-15 minutos, mejor en la nevera.
Mojamos la puntita del cake pop en la cobertura

Cake pops pinchados (¡¡¡pero si son en forma de corazón!!) Hala, ya he desvelado la sorpresa para San Valentín.

Una vez comprobemos que se ha secado correctamente el chocolate del palito, llega el momento de bañar las bolas. Como ya he comentado antes, es mejor usar un recipiente pequeño y hondo para que se pueda meter la bolita toda de una vez. Cuando los bañemos, hay que asegurarse de retirar el exceso de chocolate moviendo la bolita bañada en círculos. Dejamos secar (todavía gotearán algo de chocolate) pinchados en un porexpan protegido por film transparente o papel kraft.

Otra vez corazones, ¡invasión de San Valentín!
Vamos ahora con la decoración. Recuerdo que el resultado final era este de la foto:


Los adornos son bolitas de cereales de la marca Belbake, una de las muchas que vende Lidl casi en exclusiva. En mi caso he usado las de colores, pero dentro del mismo paquete hay bicolores en blanco/negro que también quedan muy bonitas. Para colocarlas en nuestros cake pops, hay que esperar a que el chocolate se endurezca un poco hasta alcanzar ese punto de pegajosillo ideal para que se queden literalmente pegadas en cuanto las espolvoreemos por encima. Reconozco que yo las he pegado una a una para no recargar mucho la decoración y poder hacer combinaciones de colores.
En este punto del secado del cake pop, aparte de estas cereal balls, podemos espolvorear fideos de chocolate o de colores, perlas de azúcar, brillantina comestible... ¡imaginación al poder!
Para acabar de secar la cobertura de nuestros cake pops, guardamos en un sitio fresco y seco (nevera o en la terraza ahora que hace frío).

Consejos de presentación y conservación:
*  Aunque aguantan tiempo a temperatura ambiente, recomiendo consumirlos cuando están fresquitos, ya que si no me resultan muy blandos.
* A mí me han conservado en perfectas condiciones una semana, pero siempre manteniéndolos a una temperatura menor de 5 ª C. 
* Para mejorar la presentación, envolved cada cake pop en una bolsita transparente especial para confitería atada con un cinta especial para envolver regalos. Quedará totalmente profesional y protegeréis los dulces de olores, polvo, impurezas, etc.

Queda una última entrada con fotos y sugerencias para unos cake pops muy de San Valentín. ¿Podréis esperar? ¡Aquí un adelanto!



09 febrero 2012

Semana del cake pop. Paso 2: el pegamento comestible


Una vez que tenemos nuestro bizcocho desmigado, es hora de convertirlo en una masa apta para elaborar formas. Para ello, hay que conseguir pegar las migas con una pasta tipo engrudo, como por ejemplo: queso crema, chocolate o nocilla, petit suisse, nata...
Mi elección de utilizar una crema de mantequilla ha venido influenciada por las exigencias de conservación de los cake pops, ya que estaban destinados a una cena y tenían que poder estar a temperatura ambiente. En estos casos la utilización de mantequilla te cubre bastante las espaldas en cuanto a evitar intoxicaciones. 
Las cremas de mantequilla o buttercream son en esencia una mezcla de mantequilla a temperatura ambiente y azúcar glass. Se utilizan también en la decoración de cupcakes. En este caso vamos a dejar la mezcla algo más líquida que de costumbre para que resulte más fácil de mezclar con las migas de bizcocho.
Para que no sepa tanto a mantequilla (es un sabor que no a todo el mundo puede gustar), he optado por añadir justo al final de la preparación Nutella, que le da a la mezcla un toque de sabor avellana muy interesante. Voy a usar la misma proporción de mantequilla que de azúcar, pero esto se puede modificar en función de vuestros gustos personales.

Buttercream de Nutella (receta de Alma, del blog Objetivo cupcake)
* 150 gramos de mantequilla sin sal a temperatura ambiente
* 150 gramos de azúcar glass (comercial) previamente tamizado
* 2-3 cucharadas de Nutella 

Colocamos en un bol la mantequilla y el azúcar glass y comenzamos a batir. Para que la cocina no se llene de polvo de azúcar, he hecho un apaño a lo doctor Bacterio colocando sobre el bol un trozo de forro transparente con un agujero en medio para meter la batidora, que uso con la cuchilla estándar.

No sé si se aprecia en la foto, pero hay un plástico protector
Al principio costará un poco integrar el azúcar y la mantequilla, así que paciencia. 
Una vez que ambos ingredientes sean uno, seguimos batiendo hasta lograr una textura tipo natilla. 
La mantequilla y el azúcar integrados

Batimos hasta obtener una textura tipo cremilla
Añadimos la Nutella y mezclamos con una cuchara normal, ya no hace falta la batidora.
La nutella se añade al gusto, aquí con 3 cucharadas de postre
Nota: si váis a utilizar esta crema para decorar unos cupcakes, hay que parar de batir bastante antes, justo cuando la mezcla esté ideal para meterla en una manga pastelera pero a la vez no haya perdido consistencia. Aquí tenéis un vídeo donde Alma hace un paso a paso de la preparación de esta crema para decorar. 

Llega el momento de juntar la crema con las migas de bizcocho. Las cantidades que indico son las perfectas para medio bizcocho de yogur, que se convertirán en aproximadamente unos 35 cake pops con forma de bolita.
La mezcla la realizo añadiendo pequeñas cantidades de migas al bol con la crema de mantequilla, mezclando con una cuchara sopera. Al final quedará una pasta muy manejable que podremos trabajar con las manos sin ningún problema.

Mezclamos migas y crema con una cuchara

Pasta manejable
Formamos bolitas no muy grandes, ya que cuanto más peso tenga la bola, peor se sustentará en el palito. Aunque yo no lo hice por despiste, es conveniente colocar las bolas ya formadas sobre un papel de horno para que no se peguen. Dejamos reposar en la nevera hasta que se pongan duras. En mi caso, toda una noche.

Estas bolas son tan sencillas de hacer como las albóndigas
En la próxima entrada llega el momento cumbre: la inserción en el palito y la decoración. Abstenerse los que no tengan un buen pulso.



06 febrero 2012

Semana del cake pop. Paso 1: el bizcocho


Desde que visité la web de Bakerella me he hecho fan de esta especie de chupachups de bizcocho desmigado recubierto de chocolate. Estas Navidades hice mi primer intento y os debo decir que a priori no son excesivamente complicados, pero necesitan tiempo y paciencia. Eso sí, luego el esfuerzo se va a ver altamente recompensado porque aunque hagamos una versión básica quedan genial a la vista y son ideales para regalo o como colofón a una estupenda comida.
Que conste que muchas veces tengo mis reparos a la hora de preparar este tipo de delicatessen extranjeras porque los ingredientes rezuman calorías. No se cortan añadiendo grandes cantidades de mantequilla o quesos grasos. Con el azúcar también se suelen pasar de rosca y quedan unas preparaciones extra dulces. Aparte, los ingredientes que utilizan no son muy habituales en los supermercados de al menos 200 km a la redonda.


A lo largo de esta semana voy a desglosar en tres entradas los pasos fundamentales para que hagáis vuestros primeros cake pops:
1. El bizcocho para desmigar
2. El pegamento comestible para realizar formas
3. Cobertura de chocolate, decoración y consejos para su transporte
Y como colofón, os propondré unos cake pops para San Valentín muy sencillitos y con los que quedaréis como verdaderos reyes con vuestra pareja y amigos.

En la versión que muestro vamos a primar ante todo el sabor. Nuestros cake pop se componen de un bizcocho algo soso + crema de mantequilla con nutella + chocolate negro. El bizcocho tiene un sabor muy neutro y el dulzor de la crema casa de maravilla con el amargor de la cobertura de chocolate. ¿Comenzamos?

Paso 1. El bizcocho
No hay nada más satisfactorio que morder un cake pop y notar que el bizcocho está tierno, esponjoso y nada empalagoso. Si a esto sumamos que no queremos que entre sus ingredientes esté presente la mantequilla (para no obstruir la aorta), el reto se torna algo complicado. 
Lo curioso es que la solución se encuentra en la repostería tradicional de toda la vida. ¿O no conocéis el famoso bizcocho del vasito de yogur? Es muy sencillo de elaborar y se mantiene tierno durante una semana. Será nuestro elemento de sabor neutro. Yo recomiendo hornearlo en un molde de los de plum cake (de esos largos, el mío de 30 cm) porque desarrolla menos corteza y así nos es más fácil obtener las miguitas base para nuestros cake pops.

Ingredientes (receta proporcionada por Arancha Camarero):
* 3 huevos
* 1 yogur, que puede ser natural o de sabores
* 2 vasos de yogur de azúcar
* 1 vaso de yogur de aceite de girasol
* 1 sobre (16 gr.) de levadura química tipo Royal
* 3 vasos de yogur de harina

Elaboración:
Se baten con batidora los huevos junto con el azúcar hasta que quede una mezcla espumosa. Se añaden el resto de ingredientes hasta que formen una masa homogénea.
Engrasamos un molde y vertemos en él la mezcla obtenida. Precalentamos el horno a 150 ºC  en modo calor sólo por abajo. Cocemos el bizcocho durante 45 minutos para finalizar 15 minutos con calor arriba y abajo para que se forme una corteza muy fina.  Dejamos que se enfríe dentro del horno.

Debemos dejar que repose el bizcocho al menos un par de días para que se asiente. En cuanto a cómo desmigarlo, hay diferentes técnicas: con un tenedor, rallador, en el accesorio picador de la batidora/thermomix... yo lo hago con las manos porque controlo mejor la textura. Como podéis observar, no lo dejo extremadamente fino, pero tampoco hay trozos grandes.



En la próxima entrega daremos forma a las migas de bizcocho con la ayuda de un pegamento comestible, que en nuestro caso será crema de mantequilla con nutella.

21 enero 2012

Setamuffins para concurso

Amanece en el poblado pitufo...



Tímidos rayos de sol acarician las setas, vivienda habitual de nuestros pequeños amigos de color celeste...

Ahora que lo pienso, si me acerco un poco más esto no parece una seta...


¡es un muffin con mega copete!


Sí, amigos, la experiencia combinada del buttermilk con el molde metálico especial de Ikea para muffins ha sido muy satisfactoria por dos razones:
1. He conseguido una textura esponjosa totalmente diferente a la de las magdalenas convencionales y más próxima a la que tienen los donuts comerciales.
2. El molde, al ser más estrecho de lo habitual, ha favorecido considerablemente la formación de un espectacular "tuppo" o caperucita que refuerza el aspecto visual de ternura y provoca la secreción inmediata de jugos salivales.

Podría haber una tercera razón positiva relativa al uso de las cápsulas para muffins también adquiridas en el gigante sueco. Desgraciadamente no terminan de ser ideales porque, a pesar de su belleza, se transparentan bastante al cocer la masa en el horno. Otro motivo es que no son de papel muy grueso y por tanto no aguantan el peso de la ración de masa sin el apoyo de un molde. Sin embargo, su aspecto final no es muy desgraciado y si no tienes nada más a mano (esto me pasa por ser de provincias, jaja), te apañas con ellas y ya. Aparte, el copete de los muffins hace que se note menos la dudosa calidad del papel.

Os muestro dos de los tres diseños de cápsulas disponibles de la serie Drömmar

Son un poco flojas, no aguantan nada el peso de la masa

Vamos con la receta, idea del blog Food and cook by Trotamundos.

Ingredientes:
* 350 gramos de harina (de la normal)
* 2 cucharadas y media de las de café de levadura en polvo tipo Royal
* Un cuarto de cucharada (también de las café) de bicarbonato sódico
* Una pizca de sal
* Un poco de nuez moscada recién rallada
* 210 ml. de leche (yo usé desnatada)
* 40 ml. de buttermilk casero.
* 60 gramos de mantequilla sin sal
* 200 gramos de azúcar granulado
* 2 huevos 
* Para el frosting o baño del copete: mantequilla, azúcar y canela.

Elaboración:
1. Tamizamos en un cuenco aparte los ingredientes sólidos: harina, levadura, bicarbonato, sal y la nuez moscada. Mezclamos bien.
2. En un bol batimos muy bien la mantequilla con el azúcar hasta que obtengamos una crema.
3. Añadimos al bol los líquidos: los dos huevos de uno en uno y previamente batidos, la leche y el buttermilk. Mezclar.
4. Juntamos los sólidos y los líquidos hasta integrar bien todos los ingredientes. Como podemos observar, la masa final queda muy homogénea.

5. Precalentamos el horno a 180 ºC con ventilador. Mientras alcanza la temperatura, distribuimos la masa en los moldes para muffins. Yo los llené casi hasta el borde con una cucharada y media de las soperas.

6. Horneamos aproximadamente unos 30 minutos o hasta que veamos que han subido y que el interior está hecho. Esto se comprueba con la punta fina de un cuchillo o una aguja de tejer: si sale limpio, es que ya ha finalizado la cocción. Cuando estén listos, dejamos que se enfríen.

Vista aéra de los muffins dentro del molde
Primer plano de los muffins recién horneados a la espera de su frosting
7. Preparamos el frosting en dos platos hondos: uno contendrá mantequilla derretida y el otro una mezcla de azúcar granulado y canela. Pintamos el copete de los muffins con una brocha o pincel de silicona y seguidamente lo introducimos en el plato de azúcar y canela para que se peguen los granitos a la superficie. Con este baño conseguimos potenciar  más si cabe el déjà vu de sabor a donut.


Con esta receta participo en el concurso Cocinando con el sol de Gastronomía Solar. Aunque  lo he cocinado en versión no solar, la receta sería muy sencilla de elaborar con energía limpia y renovable porque el único electrodoméstico implicado es el horno. Y como ya se han animado a hacer incluso cupcakes, ¿por qué no unos riquísimos muffins? ;)



18 enero 2012

Esto me pasa por ser de provincias: buttermilk casero

Una lechera llevaba en la cabeza un cubo de leche recién ordeñada y caminaba hacia su casa soñando despierta. "Como esta leche es muy buena", se decía, "dará mucha nata. Batiré muy bien la nata hasta que se convierta en una mantequilla blanca y sabrosa, que me pagarán muy bien en el mercado. Con el dinero, me compraré un canasto de huevos y, en cuatro días, tendré la granja llena de pollitos, que se pasarán el verano piando en el corral. Cuando empiecen a crecer, los venderé a buen precio, y con el dinero que saque me compraré un vestido nuevo de color verde, con tiras bordadas y un gran lazo en la cintura. Cuando lo vean, todas las chicas del pueblo se morirán de envidia. Me lo pondré el día de la fiesta mayor, y seguro que el hijo del molinero querrá bailar conmigo al verme tan guapa. Pero no voy a decirle que sí de buenas a primeras. Esperaré a que me lo pida varias veces y, al principio, le diré que no con la cabeza. Eso es, le diré que no: "¡así! "
La lechera comenzó a menear la cabeza para decir que no, y entonces el cubo de leche cayó al suelo, y la tierra se tiñó de blanco. Así que la lechera se quedó sin nada: sin vestido, sin pollitos, sin huevos, sin mantequilla, sin nata y, sobre todo, sin leche: sin la blanca leche que le había incitado a soñar.
El cuento de lechera, fábula de Esopo.

Señoras y caballeros que me visitáis desde lugares donde no hay ni un Corte Inglés en condiciones, hoy es vuestro día de suerte: abro una nueva sección titulada "Esto me pasa por ser de provincias", sin más pretensión que ayudar a suplir esas carencias de proveedores que sufrimos todos aquellos aficionados a la repostería sin vivir en una gran urbe.
Cierto es que existen tiendas online maravillosas donde con unos cuantos clicks podemos comprar casi todo lo imaginable, pero tienen un defectillo: exigen cierta planificación para hacer un pedido que salga rentable en cuanto a gastos de envío se refiere. No nos engañemos: comprar suministros de calidad para repostería no es una cosa barata. Y no están las cosas como para exponer a nuestro monedero a una colitis crónica. Si encima planea por ahí la sombra de no ver físicamente lo que adquieres, aparecen las reticencias y al final acabas posponiendo el asunto para "otra ocasión".
Hay que procurar apañárselas con lo que tengamos a nuestro alcance. Con esto no estoy diciendo que aprovechando un viaje a alguna capital no hagamos una pequeña excepción en nuestra política de autarquía, ojo. Pero todo con mesura y teniendo en cuenta que hay ciertas cosas que podemos conseguir de manera casera y económica.
Un ejemplo de producto que nos puede dar quebraderos de cabeza al intentar buscarlo pero que es sencillo de cocinar es el buttermilk o suero de mantequilla. En combinación con el bicarbonato sódico se utiliza para dar jugosidad y humedad a los pasteles. Se supone que lo podemos encontrar fácilmente en Lidl o en la sección de productos internacionales de Carrefour, pero aquí no hubo suerte y no se encontraba en el surtido (en Lidl no vendían ni bicarbonato, ¡el colmo!). Podemos fabricar una versión casera con leche y limón/vinagre (suero de leche, no es lo mismo pero puede valer) o bien a partir de nata líquida como explicaremos a continuación.

 


Ingredientes: 200 ml de nata líquida (brick pequeño) con al menos un 35 % de materia grasa. Salen aproximadamente unos 40-50 gramos de mantequilla y unos 90-100 ml de buttermilk.





Elaboración:
1. Vamos a proceder a montar la nata líquida, que debe haber reposado en la nevera un mínimo de 24 horas antes de este proceso. Para ello, dispondremos de un bol frío lo suficientemente hondo para que no salpique y de una batidora de varillas de las normales (no hace falta la kitchenaid, electrodoméstico que por cierto tampoco tengo).
2. Cuando esté la nata medio montada, no bajaremos la velocidad, sino que seguiremos batiendo. ¿Por qué? Nuestro objetivo es cortar la nata con tanto meneo y obtener mantequilla.
3. Al cabo de un ratito de sobrepasar el punto de montado, nuestra nata empezará a tomar un tono amarillento. Continuamos batiendo.
4. Se crea una crema untuosa de color amarillo. Seguimos con la batidora a máxima potencia.
5. La nata empieza a adquirir aspecto de requesón y comienza a precipitar al fondo de nuestro bol. Sólo queda batir un pelín más.
6. Como podemos observar en la foto, el suero se ha separado de lo que ya es nuestra mantequilla casera.
7. Colamos el suero y apartamos la mantequilla. Ésta todavía contendrá líquido, con lo que podemos probar a ponerla en un colador y presionar hasta que quede casi seca. Moldeamos la mantequilla con la forma deseada.
8. Conservamos el buttermilk en un bote hermético y la mantequilla envuelta en un papel film o de aluminio. La mantequilla ya la he probado debo decir que no tiene nada que envidiar a la comercial de la marca. Muy, muy rica. Ambas cosas se pueden congelar sin problema si no las vamos a consumir en unos días.

En el próximo post os contaré mi experiencia con el buttermilk casero en la elaboración de  unos muffins. Pretendo conseguir una textura especial que recuerde a un bollito tierno y no tanto a la magdalena convencional. Y ya de paso pruebo el molde y las cápsulas de Ikea especiales para este tipo de pastel ;)

12 enero 2012

Especial Navidad (IV): Roscón de Reyes


Ya vienen los Reyes....


por el arenal...

y le traen al niño...

rosco artesanal...



¿Qué tal habéis finalizado los días de fiesta? Espero que los Reyes hayan esparcido un poco de alegría y optimismo en vuestros hogares, que falta hace en estos tiempos que corren. Para acabar con buen sabor de boca este Especial Navidad, la propuesta para endulzar el desayuno/comida/merienda es bastante obvia: Roscón de Reyes. De hecho, la blogosfera culinaria olió a rosco durante toda la semana pasada y somos muchos los que optamos por mancharnos las manos y dedicar un rato de nuestro tiempo libre a elaborar este postre tan típico en los hogares españoles.
No soy persona que me guste hablar de la crisis, pero reconozco que hasta en este tema la muy petarda ha expandido sus tentáculos en forma de tartas de plástico a precios imbatibles en las grandes superficies. Evidentemente, en términos puramente económicos no sale a cuenta ni encender el horno, pero a cambio la gente maltrata su paladar hasta que se vuelve tan insensible de no distinguir entre un relleno de nata montada y esa especie de grasa vegetal hidrogenada con la que se ahorran hasta la refrigeración. Lo que ya enerva son esos comentarios referidos a "lo poco que merece la pena meterse en harina cuando ya te lo venden hecho en el súper. ¡Y en oferta!". Pues bueno, pues vale. Yo me metí al estómago unos trozos de auténtico bollo esponjoso aromatizado con naranja y limón de verdad, que no se hace bola y cuyo relleno no me va a provocar la obstrucción de la arteria coronaria. De hecho, aseguro que, a pesar de lo ingerido, mi talla no ha variado en absoluto. 


Cierto es que el proceso lleva su tiempo (hasta 3 levados) pero no hace falta ser muy cocinillas para obtener unos buenos resultados. La receta, al igual que la del tronco, está sacada de webos fritos y también contiene apoyo visual para los que no crean que otro rosco es posible. Lo único que he variado ha sido que no he utilizado agua de azahar sino un chorrito de anís que aporta un toque evocador a su hermana más pequeña, la rosquilla.

Aclaraciones y consejos:
* El levado de la masa base o madre se ha realizado en un bol con agua tibia para acelerar el proceso, pero se puede perfectamente (yo lo hice en 2011) dejar la bola a temperatura ambiente en un recipiente tapado con un trapo hasta que doble su volumen.
* Me repito como el ajo, pero mucho cuidado al pintar nuestro roscón con huevo batido porque es bastante sencillo que se deshinche si hincamos demasiado la brocha o pincel.
* Como el mundo está lleno de hornos, al menos en el mío se cuece mejor si durante los últimos 5-8 minutos del proceso conectamos el ventilador (se dora de manera más uniforme).
* Ojito con el tema de atemperar la masa después de dejarla fermentar en un sitio fresquito o de haberla reservado en la nevera: necesita al menos un par de horas para reactivarse. Y digo al menos porque si el ambiente no es calentito como puede pasar a primera hora de la mañana, habrá que armarse de paciencia y no empezar a despotricar como hizo una que yo me sé...


No quiero despedirme sin desearos lo mejor para este año recién estrenado. Y os adelanto que entre mis propósitos de este trimestre están incluidos tanto cake pops (de los que ya colgué en el facebook una foto del primer intento: aspecto mejorable pero de sabor ideal) como los ahora tan de moda macarons. 2012 promete.

04 enero 2012

Especial Navidad (III): Tronco de Navidad

¿Tronco...


o....


tronco...?


¡Esa es la cuestión! Cuando tienes tantas posibilidades de rellenos, almíbares y decoración de un postre tan exquisito como el tronco de Navidad, es muy complicado decidir. En mi caso, y después de deliberar con la almohada, decidí rellenarlo de trufa cocida y cambiar el típico almíbar de licor por uno realizado con zumo de naranja que creo le pega mejor al chocolate. ¿Os explico cómo lograr semejante maravilla de la repostería? ¡Vamos a ello!

Receta base y cambios sobre ella:
* La receta base es una idea de Su, de la famosa web webos fritos. En el enlace encontraréis los ingredientes y elaboración en texto y un estupendo vídeo que hará que se os quite cualquier miedo ante este reto. No nos vamos a engañar, es un proceso que requiere paciencia y sobre todo seguir los pasos al pie de la letra.
*  El primer cambio realizado es en el relleno. Los webos proponen una mousse de turrón de jijona, pero personalmente no me gustan las mousse que incluyen dentro de sus ingredientes gelatina, así que opté por un relleno de lo que se llama por ahí trufa cocida, que no es más que nata montada con chocolate. El único "pero" que pongo a esta opción es que hay que ser previsor y cocinarlo 24 horas antes de usar. 

Trufa cocida (ingredientes y elaboración):
* 1 litro de nata con al menos un 33 % de materia grasa.
* 400 gramos de cobertura negra de chocolate.
Para su elaboración, hay que poner la nata al fuego hasta que empiece a cocer y retirar del mismo. Añadir inmediatamente la cobertura de chocolate cortada en trocitos pequeños para que se disuelva mejor en la nata. Podemos utilizar para mayor facilidad preparaciones de chocolate especiales para fundir que vengan ya en forma de perlas o barritas. Una vez realizada la mezcla, dejar templar y meter en la nevera un mínimo de 24 horas antes de usar. Montar con una batidora de varillas.

Ojo porque con estas cantidades sale trufa como para parar un tren. Realmente para rellenar el tronco con unos 200-250 ml de nata tendríamos bastante (¡ajustad también el chocolate!), pero podemos aprovechar el excedente también como relleno de unos buñuelos, el típico roscón de reyes o decorar unos cupcakes. Otra opción es congelar la trufa ya montada en un recipiente hermético. Aunque se aprecia una ligera disminución del volumen inicial al descongelar, el resultado es bueno. 


* El segundo cambio realizado es el almíbar de naranja. Hay que poner a cocer durante 5 minutos a fuego fuerte 2 dl de zumo de naranja (que puede ser incluso comercial) con 100 gramos de azúcar. Dejamos templar y listo.


* En cuanto a la cobertura, en el primer tronco no me desvié de la propuesta y como podéis observar en la foto el resultado es bastante brillante gracias a que incluye mantequilla.
En el segundo probé a cubrirlo con una capa gordita de chocolate negro derretido sin más y la apariencia es mucho más rústica, pero tiene la ventaja de solidificar en un plis plas y ahorra algo de tiempo. Se asemeja mucho más a la verdadera corteza de un árbol.


Resumen de tiempos (tirando por lo alto, es que soy muy de pensar antes de actuar):
* Día anterior: hacer la trufa cocida y meterla a la nevera.
* Día "D": 
  Hacer la plancha de bizcocho + horneado: 40 minutos si somos mega torpes.
  Reposo de la plancha enrollada: 2 horas.
 Cuando quede una media hora para terminar el reposo preparamos el almíbar y montamos la trufa: 20 minutos.
  Rellenamos el tronco: 10 minutos
  Reposo del tronco relleno en la nevera: otro par de horas.
  Preparación de la cobertura: 10 minutos + templado de la mezcla
  Pintar el bizcocho: 10 minutos + 20 de reposo para hacer las estrías propias de un árbol.
  Decorar y emplatar: lo que cada uno quiera teniendo en cuenta que es recomendable que el tronco repose en nevera o sitio fresquito al menos 12 horas antes de servir.

Por último, un gastroconsejo:
Una de las razones por las que se utiliza el almíbar en la receta es porque el bizcocho no es muy jugoso. Como seguro que os enfrentáis a comensales muy exigentes, para aportar un extra de jugosidad os doy dos opciones:
1. Cuando el tronco ya relleno lleve una hora reposando en la nevera, dad una segunda mano de almíbar de naranja por la superficie. Con las cantidades que os he indicado anteriormente, sobra almíbar para repetir.
2. Si os ha sobrado sólo un poco de trufa al rellenar el tronco, cuando ya lo tengáis bien enrollado, expandid este excedente por su superficie antes de meterlo a la nevera envuelto en el papel de horno. El bizcocho chupará la trufa que necesite, dejando el resto sobre el papel. Una opción ideal para los muy chocolateros.

¡Espero que os guste!