Ya vienen los Reyes....
por el arenal...
y le traen al niño...
rosco artesanal...
¿Qué tal habéis finalizado los días de fiesta? Espero que los Reyes hayan esparcido un poco de alegría y optimismo en vuestros hogares, que falta hace en estos tiempos que corren. Para acabar con buen sabor de boca este Especial Navidad, la propuesta para endulzar el desayuno/comida/merienda es bastante obvia: Roscón de Reyes. De hecho, la blogosfera culinaria olió a rosco durante toda la semana pasada y somos muchos los que optamos por mancharnos las manos y dedicar un rato de nuestro tiempo libre a elaborar este postre tan típico en los hogares españoles.
No soy persona que me guste hablar de la crisis, pero reconozco que hasta en este tema la muy petarda ha expandido sus tentáculos en forma de tartas de plástico a precios imbatibles en las grandes superficies. Evidentemente, en términos puramente económicos no sale a cuenta ni encender el horno, pero a cambio la gente maltrata su paladar hasta que se vuelve tan insensible de no distinguir entre un relleno de nata montada y esa especie de grasa vegetal hidrogenada con la que se ahorran hasta la refrigeración. Lo que ya enerva son esos comentarios referidos a "lo poco que merece la pena meterse en harina cuando ya te lo venden hecho en el súper. ¡Y en oferta!". Pues bueno, pues vale. Yo me metí al estómago unos trozos de auténtico bollo esponjoso aromatizado con naranja y limón de verdad, que no se hace bola y cuyo relleno no me va a provocar la obstrucción de la arteria coronaria. De hecho, aseguro que, a pesar de lo ingerido, mi talla no ha variado en absoluto.
Cierto es que el proceso lleva su tiempo (hasta 3 levados) pero no hace falta ser muy cocinillas para obtener unos buenos resultados. La receta, al igual que la del tronco, está sacada de webos fritos y también contiene apoyo visual para los que no crean que otro rosco es posible. Lo único que he variado ha sido que no he utilizado agua de azahar sino un chorrito de anís que aporta un toque evocador a su hermana más pequeña, la rosquilla.
Aclaraciones y consejos:
* El levado de la masa base o madre se ha realizado en un bol con agua tibia para acelerar el proceso, pero se puede perfectamente (yo lo hice en 2011) dejar la bola a temperatura ambiente en un recipiente tapado con un trapo hasta que doble su volumen.
* Me repito como el ajo, pero mucho cuidado al pintar nuestro roscón con huevo batido porque es bastante sencillo que se deshinche si hincamos demasiado la brocha o pincel.
* Como el mundo está lleno de hornos, al menos en el mío se cuece mejor si durante los últimos 5-8 minutos del proceso conectamos el ventilador (se dora de manera más uniforme).
* Ojito con el tema de atemperar la masa después de dejarla fermentar en un sitio fresquito o de haberla reservado en la nevera: necesita al menos un par de horas para reactivarse. Y digo al menos porque si el ambiente no es calentito como puede pasar a primera hora de la mañana, habrá que armarse de paciencia y no empezar a despotricar como hizo una que yo me sé...
No quiero despedirme sin desearos lo mejor para este año recién estrenado. Y os adelanto que entre mis propósitos de este trimestre están incluidos tanto cake pops (de los que ya colgué en el facebook una foto del primer intento: aspecto mejorable pero de sabor ideal) como los ahora tan de moda macarons. 2012 promete.
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