04 enero 2012

Especial Navidad (III): Tronco de Navidad

¿Tronco...


o....


tronco...?


¡Esa es la cuestión! Cuando tienes tantas posibilidades de rellenos, almíbares y decoración de un postre tan exquisito como el tronco de Navidad, es muy complicado decidir. En mi caso, y después de deliberar con la almohada, decidí rellenarlo de trufa cocida y cambiar el típico almíbar de licor por uno realizado con zumo de naranja que creo le pega mejor al chocolate. ¿Os explico cómo lograr semejante maravilla de la repostería? ¡Vamos a ello!

Receta base y cambios sobre ella:
* La receta base es una idea de Su, de la famosa web webos fritos. En el enlace encontraréis los ingredientes y elaboración en texto y un estupendo vídeo que hará que se os quite cualquier miedo ante este reto. No nos vamos a engañar, es un proceso que requiere paciencia y sobre todo seguir los pasos al pie de la letra.
*  El primer cambio realizado es en el relleno. Los webos proponen una mousse de turrón de jijona, pero personalmente no me gustan las mousse que incluyen dentro de sus ingredientes gelatina, así que opté por un relleno de lo que se llama por ahí trufa cocida, que no es más que nata montada con chocolate. El único "pero" que pongo a esta opción es que hay que ser previsor y cocinarlo 24 horas antes de usar. 

Trufa cocida (ingredientes y elaboración):
* 1 litro de nata con al menos un 33 % de materia grasa.
* 400 gramos de cobertura negra de chocolate.
Para su elaboración, hay que poner la nata al fuego hasta que empiece a cocer y retirar del mismo. Añadir inmediatamente la cobertura de chocolate cortada en trocitos pequeños para que se disuelva mejor en la nata. Podemos utilizar para mayor facilidad preparaciones de chocolate especiales para fundir que vengan ya en forma de perlas o barritas. Una vez realizada la mezcla, dejar templar y meter en la nevera un mínimo de 24 horas antes de usar. Montar con una batidora de varillas.

Ojo porque con estas cantidades sale trufa como para parar un tren. Realmente para rellenar el tronco con unos 200-250 ml de nata tendríamos bastante (¡ajustad también el chocolate!), pero podemos aprovechar el excedente también como relleno de unos buñuelos, el típico roscón de reyes o decorar unos cupcakes. Otra opción es congelar la trufa ya montada en un recipiente hermético. Aunque se aprecia una ligera disminución del volumen inicial al descongelar, el resultado es bueno. 


* El segundo cambio realizado es el almíbar de naranja. Hay que poner a cocer durante 5 minutos a fuego fuerte 2 dl de zumo de naranja (que puede ser incluso comercial) con 100 gramos de azúcar. Dejamos templar y listo.


* En cuanto a la cobertura, en el primer tronco no me desvié de la propuesta y como podéis observar en la foto el resultado es bastante brillante gracias a que incluye mantequilla.
En el segundo probé a cubrirlo con una capa gordita de chocolate negro derretido sin más y la apariencia es mucho más rústica, pero tiene la ventaja de solidificar en un plis plas y ahorra algo de tiempo. Se asemeja mucho más a la verdadera corteza de un árbol.


Resumen de tiempos (tirando por lo alto, es que soy muy de pensar antes de actuar):
* Día anterior: hacer la trufa cocida y meterla a la nevera.
* Día "D": 
  Hacer la plancha de bizcocho + horneado: 40 minutos si somos mega torpes.
  Reposo de la plancha enrollada: 2 horas.
 Cuando quede una media hora para terminar el reposo preparamos el almíbar y montamos la trufa: 20 minutos.
  Rellenamos el tronco: 10 minutos
  Reposo del tronco relleno en la nevera: otro par de horas.
  Preparación de la cobertura: 10 minutos + templado de la mezcla
  Pintar el bizcocho: 10 minutos + 20 de reposo para hacer las estrías propias de un árbol.
  Decorar y emplatar: lo que cada uno quiera teniendo en cuenta que es recomendable que el tronco repose en nevera o sitio fresquito al menos 12 horas antes de servir.

Por último, un gastroconsejo:
Una de las razones por las que se utiliza el almíbar en la receta es porque el bizcocho no es muy jugoso. Como seguro que os enfrentáis a comensales muy exigentes, para aportar un extra de jugosidad os doy dos opciones:
1. Cuando el tronco ya relleno lleve una hora reposando en la nevera, dad una segunda mano de almíbar de naranja por la superficie. Con las cantidades que os he indicado anteriormente, sobra almíbar para repetir.
2. Si os ha sobrado sólo un poco de trufa al rellenar el tronco, cuando ya lo tengáis bien enrollado, expandid este excedente por su superficie antes de meterlo a la nevera envuelto en el papel de horno. El bizcocho chupará la trufa que necesite, dejando el resto sobre el papel. Una opción ideal para los muy chocolateros.

¡Espero que os guste! 
      

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